Verterían agua contaminada de Fukushima en próximos meses
El gobierno de Japón anunció que el vertido al mar del agua contaminada y tratada que se acumula en la central nuclear de Fukushima tendrá lugar entre la próxima primavera y el verano, a pesar de la oposición de los pescadores locales.
El Ejecutivo aprobó este viernes un plan revisado para el vertido, que también incluye compensaciones para la industria pesquera que podría verse afectada por la medida, contra la cual también han protestado países vecinos como Corea del Sur y China.
El Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) se encuentra supervisando el plan nipón para verter el agua una vez esta es procesada para retirar la mayor parte de los elementos radiactivos, y la semana que viene enviará una misión a Japón, la cuarta de este tipo, para analizar los preparativos sobre el terreno.
"Antes de proceder al vertido, vamos a esperar a que el OIEA emita su informe general, fortalecer las funciones de supervisión, adoptar medidas para apoyar la venta de productos de la zona afectada y trabajar contra la difusión de rumores negativos", dijo Hirokazu Matsuno portavoz del Ejecutivo, tras la reunión de Gabinete donde se aprobó el nuevo plan.
Se espera que la descarga de agua al Pacífico tenga lugar "una vez acaben las obras para el vertido" y "la investigación del regulador nuclear nipón, además del informe de la OIEA", según el portavoz, quien estimó que la fecha concreta se situará entre primavera y verano de este año.
Se trata del agua contaminada con residuos radiactivos tras emplearse para refrigerar los reactores o filtrarse dentro de las instalaciones nucleares, de la que se almacenan unos 1.29 millones de metros cúbicos en bidones dentro de unas instalaciones atómicas dañadas por el terremoto y el tsunami de 2011 donde se agota el espacio.
Las autoridades niponas afirman que el vertido tendrá unos niveles de radiactividad por debajo del tope fijado por la Organización Mundial de la Salud para el agua potable, y que por tanto no presentará riesgos para la salud humana ni para el medio ambiente.
Sin embargo, el plan aún se enfrenta a la oposición de las organizaciones pesqueras locales, cuyas actividades apenas se han recuperado tras la catástrofe nuclear de 2011, y que temen que el estigma que afecta al pescado y marisco de la zona empeore debido al vertido. EFE
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